Ser humilde significa no alardear de tus buenas cualidades,
de tus talentos y logros y de tu capacidad de superar a otros. Ser humilde es
estar a la altura de los que son más pequeños que tú o no llegan a tener tus
talentos.
Eso exige abajamiento y grandes dosis de humildad, pero
también mucha oración. Porque sólo abajándote como Xto. Jesús, puedes llegar a
saber mantener tu humildad y no despreciar a los otros.
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