jueves, 15 de octubre de 2015



La vida nos presenta diferentes caras. La de los que se callan, porque prefieren vivir tranquilos sin tener problemas ni preocupaciones; las de los indiferentes, que con tal de irle a ellos bien le resbala todo, y aquellos que defienden y dicen la verdad por encima de todo.

Jesús se complicó la vida porque defendió siempre la verdad y denunció a los que vivían en la mentira. Y estuvo siempre al lado de los pequeños, los pobres y los excluidos.

Esa manera de ser y de vivir le ocasionó muchos problemas que terminaron con conducirle a la muerte. Y es que la verdad molesta, y sigue molestando hoy en día. Pero lo importante es que al final se pedirá cuenta a todos aquellos que la hayan ignorado o hayan sido indiferentes a ella.

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