viernes, 25 de diciembre de 2015



Desmarcarte y ausentarte para vivirla según tu crees, no parece la respuesta adecuada. Vivirla al ritmo que ellos marcan tampoco responde a lo que piensas. ¿Qué hacer entonces? Y en esa tribulación he decidido, año tras año, estar y vivirla tratando de dar el testimonio que mejor puedo.

El servicio puede convertirse en la mejor oración. Un servicio de estar disponible y aceptar estar entre ellos como uno más. Siempre se arrancan con unos villancicos, y aprovechas para regalar alguna postal que recuerda que la Navidad es el tiempo en que nace Jesús, y lo hace porque te ama.

Supongo que el resto lo hará el Espíritu Santo, y si no se logra nada es porque Él respeta la decisión y libertad de todos. No podemos sino sugerir y no imponer. Ahora toca esperar. Después de todo, con la reflexión descubres que el tiempo nunca se pierde, y siempre se siembra, hasta cuando te parece que nada puedes hacer.

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