Por eso, en el intento
de dar una respuesta, el hombre pone a Dios como autor de esa Vida que supone
creada por Él. No sabe cómo lo ha hecho, pero su razón le descubre que tiene
que existir una Primera Causa que lo explique todo.
Luego, supuesta la
vida, se supone que tras el principio viene un final. Y tampoco lo entiende,
porque ya vivo su corazón le invita a seguir viviendo. No entiende ser creado
para luego morir. Pero, ciego por el pecado se resigna a esa muerte.
Y, entonces, aparece Jesús. Jesús de Nazaret
que nos revela la existencia desde el principio de su Padre, y la locura de
Amor por salvarnos. Precisamente, lo que arde en nuestro corazón, un deseo de
salvación y felicidad eterna. Necesitamos. Señor, el nacimiento de Jesús, su
estancia en nosotros y su Resurrección.
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