Tus actos estarán siempre condicionados por la bondad de tu
corazón. Importa que tu corazón contenga más buenas intenciones que malas.
Importa que sean esas, las buenas, las que lo dominen y desalojan a la malas
por falta de espacio.
El hombre de recto corazón estará siempre abierto a
responder a la verdad. Es lo que le sucedió a Natanael, un hombre de buenas
intenciones que ante la predicción de Jesús se postró ante Él afirmando: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey
de Israel».
La reflexión nos sirve para interiorizar la pregunta y tratar
de responderla desde nosotros. A pesar
de nuestros pecados e impurezas, ¿son limpias y rectas nuestras intenciones?
Porque ese será nuestro esfuerzo y nuestra actitud, dejarnos limpiar, como
Natanael, por Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.