jueves, 16 de marzo de 2017

La ambición de forma desmedida ocasiona problema y origina deterioro. El hombre no es capaz de controlar su ambición y estropea el mundo exprimiéndolo y mal utilizándolo. Y en esa ambición desmedida se enfrenta a su prójimo sometiéndole y excluyéndole.

Tal ambición le lleva a apoderarse de lo que no es suyo, y que le ha sido dado para bien administrarlo y cuidarlo para beneficio y uso de todos. Así, mientras unos poco disfrutan y viven en la abundancia a todo lujo y bienestar, otros, los más, sufren y padecen todo tipo de calamidades y miserias.

Y estas desigualdades provocan migraciones y movimientos que hacen buscar a los excluidos lugares mejores donde poder vivir dignamente y en paz. Las riquezas de unos pocos no son propiedad de ellos, sino que pertenece a todos. Y todos deben tener acceso a, con su trabajo lícito y honrado, conseguir un bienestar digno para vivir.

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