lunes, 3 de abril de 2017

La estampa que el Evangelio nos presenta hoy viene a descubrirnos esa cruda realidad. Los hombres, pecadores y causas directas e indirectas de los pecados de aquella mujer, la presentan a Jesús para enfrentarlo a la ley de Moisés. Buscas causas para acusarle.

Jesús, que ve la intención de aquellos hombres, hace pausa, se inclina y espera pacientemente. Aguarda el momento para responder a sus insistencias. Y les descubre su relación con los pecados de aquella mujer. Todos somos pecadores, y quienes se crean limpios que arrojen la primera piedra.

Al parecer todos cayeron en la cuenta de sus pecados y, empezando por los más viejos, todos fueron abandonando aquel lugar. Y es que todos somos pecadores y estamos necesitados de redención, perdón y misericordia.

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