viernes, 12 de mayo de 2017

Cuando el hombre se resigna a morir ha perdido todo su sentido y esperanza. Porque, dentro de su corazón palpita la vida y desea desesperadamente vivir. No hay otra razón que impulse más al hombre que la propia vida. Pero una vida plena, gozosa y llena de sentido. Ese es el motor que le pone en marcha cada día.

Y hoy, en el Evangelio, Jesús nos recuerda que ha ido a prepararnos una mansión. Nos avisa que de no ser cierto nos lo habría dicho. Y Jesús tiene Palabra de Vida Eterna. Nos promete regresar para llevarnos a dónde Él va. Es decir, a Casa de su Padre, dónde hay muchas mansiones.

Y eso significa que la muerte de este mundo es un paso transitorio, porque para estar dónde estará Jesús tendremos que resucitar de nuestra aparente muerte en este mundo. No hay duda, es una buena noticia que sólo podemos ver con los ojos de la fe. Pidamos despertar a esa esperanza que llena y le da sentido a nuestra vida.

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