Cuando el hombre se resigna a morir ha perdido todo su
sentido y esperanza. Porque, dentro de su corazón palpita la vida y desea
desesperadamente vivir. No hay otra razón que impulse más al hombre que la
propia vida. Pero una vida plena, gozosa y llena de sentido. Ese es el motor
que le pone en marcha cada día.
Y hoy, en el Evangelio, Jesús nos recuerda que ha ido a
prepararnos una mansión. Nos avisa que de no ser cierto nos lo habría dicho. Y
Jesús tiene Palabra de Vida Eterna. Nos promete regresar para llevarnos a dónde
Él va. Es decir, a Casa de su Padre, dónde hay muchas mansiones.
Y eso significa que
la muerte de este mundo es un paso transitorio, porque para estar dónde estará
Jesús tendremos que resucitar de nuestra aparente muerte en este mundo. No hay
duda, es una buena noticia que sólo podemos ver con los ojos de la fe. Pidamos
despertar a esa esperanza que llena y le da sentido a nuestra vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.