domingo, 14 de mayo de 2017

El Evangelio de hoy es muy tranquilizador y nos llena de esperanza. La herencia de nuestro Padre Dios, al considerarnos sus hijos –Rm 8, 16-17- está asegurada. Porque no es cuestión de espacio ni de lugar. Hay para todos. Lo único que se exige es tener confianza. Ese es el billete para el viaje.

Estamos a la espera, porque Jesús nos ha dicho que volverá. Y sabemos que siempre cumple su Palabra. Es un problema de confianza. Creemos y le esperamos. Y lo hacemos siguiéndole y esforzándonos en cumplir su Voluntad. Eso es lo que nos ha dicho, que creamos en Él y guardemos sus mandatos.

Y no hay confusión ni dudas. Nos lo ha dejado todo claro. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y a Él tenemos que seguir. Seguir sus bienaventuranzas, su estilo de vida y su entrega por los demás. Y bien acompañados, porque nos envía el Espíritu Santo para que nos enseñe lo que no hemos entendido y nos recuerde lo que hemos olvidado.

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