jueves, 24 de agosto de 2017

No debemos dejarnos llevar por las apariencias. En muchos casos, y con bastante frecuencia, quedamos sorprendidos ante la humildad y sencillez de algunos actos. Es condición indispensable acercarnos y verlos con nuestros propios ojos, pues sólo una experiencia personal puede descubrirnos su importancia y notoriedad.

El caso de Natanael nos hace pensar, y también nos interpela. ¿Somos nosotros descubiertos y desnudos ante la presencia del Señor? ¿Sabe el Señor quienes somos? Es lógico y de sentido común que Jesús llame nuestra atención, pues su misión es salvarnos. Salvarnos de la corrupción del pecado y de la muerte eterna.

Pero, nosotros algo debemos hacer, y consistirá en acercarnos. Es decir, acudir a su llamada y, como Natanael, ver quién es ese Señor, escucharle y conocerle. Porque, sólo conociéndole descubriremos quien realmente es, y también podremos proclamarle a otros. Por lo tanto, tratemos de escuchar esa llamada, que quizás nos llega a través de algún Felipe, y despojémonos de nuestros prejuicios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.