viernes, 13 de octubre de 2017

Resistirse a la verdad nos lleva a cometer muchos disparates. Hoy, el Evangelio nos habla de uno muy grande. Grave error confundir a Jesús con quien viene de parte del Maligno, pues sería contradictorio que el mismo Maligno expulsara a los suyos. Todo reino dividido está condenado a desaparecer. Por lo tanto, disparatado ese razonamiento.

Lo razonable es que si Jesús tiene poder para expulsar demonios es porque ha llegado el Reino de Dios y el demonio ha sido vencido. No obstante, no podemos fiarnos de nuestras fuerzas y debemos cuidarnos de permanecer en el Señor, pues el Maligno tiene poderes para seducirnos, tentarnos y vencernos.

Se trata de perseverar y permanecer en el Señor, porque, aun expulsado el demonio, si nos quedamos solos volverá de nuevo y se adueñará de nuevo de nosotros. Este mundo es una continua lucha, pero no una lucha por nuestra cuenta, sino injertados en el Espíritu Santo, que nos asiste y nos fortalece para salir victorioso del combate de cada día.

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