Cuando recorres un camino descubres que detrás de ese
recorrido se esconde una finalidad. Nadie se mueve por costumbre o por
capricho. Todo lleva implícito una misión. Desde esa perspectiva podemos
preguntarnos: ¿Qué busca el Señor cuando se hace hombre? Porque tu respuesta
explicará tu gozo y alegría.
Dios se ha hecho Hombre, tomando la misma naturaleza humana
para, siendo como nosotros, salvarnos de la esclavitud del pecado y darnos la
plenitud del gozo y alegría eterna. Lo hemos proclamado muchas veces. Eso
significa Navidad. El nacimiento del Niño Dios que viene a salvarnos.
Y lo hace tomando
nuestra misma carne. Una carne que se deteriora con el tiempo; una carne que
está sujeta al espacio y el tiempo; una carne que es corrupta y se corrompe con
la enfermedad o con el tiempo. Jesús se abaja tomando la naturaleza carnal y,
con su Resurrección la vence y la eterniza. Así también hará con nosotros.
Estamos llamados, por y con la venida del Niño Dios, ha resucitar también, no
sólo del alma, sino también con el cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.