viernes, 12 de enero de 2018

Es cierto que la fama de Jesús prendió y se extendió como el fuego. Eso de curar enfermedades se propaga rápidamente y le buscaban hasta el punto que le asediaban. Todos buscaban ser curados, pero Jesús no pretendía sólo curar enfermedades. Su misión era la salud integral, de cuerpo y alma.

La humanidad del hombre le ciega y le aparta de lo espiritual. No todo es materialidad, sino que hay también una gran parte de espiritualidad. El hombre es cuerpo y alma, y, si bien el cuerpo hay que cuidarlo, mayor importancia tiene el alma. Porque el cuerpo lo podemos siempre rescatar, pero perdida el alma será imposible recuperarla.

Por eso, Jesús pone todos sus esfuerzos en recuperar y limpiar el alma. Y ante la presencia del aquel paralítico que le ponen delante, su primera intención y palabras van dirigidas a perdonarle los pecados. Pero, una vez más, aquellos escribas de su tiempo pensaban mal y obligaron a Jesús a revelar su poder de hacer milagros para probar también su poder de perdonar los pecados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.