El ayuno está ligado al amor. Se ayuna atendiendo y
sirviendo al que lo necesita; se ayuna escuchando al que está angustiado y
necesitado de consuelo. No es cuestión de cumplir unos preceptos, sino de
compartir la necesidad del otro tratando de aliviarla. Ayunar es aliviar el
sufrimiento del otro al compartirlo.
Todos entendemos que cumplir no es tan difícil. Se deja de
fumar un tiempo; se deja de tomar tal capricho durante la cuaresma y cosas por
el estilo. Pero, ¿de qué sirve todo eso si te olvidas de compartir tu amor?
Mejor compartir tu tiempo dándolo al que te necesita, porque, no se trata de un
tiempo concreto sino de una actitud de vida.
Quizás sea un buen
ayuno ahondar en la oración suplicando sabiduría para saber aplicar nuestras
buenas intenciones de ayunar y compartir. Así haremos oración, que siempre nos
hace falta. Trataremos de acercarnos más a la preocupación por los demás y
compartir tiempo, dinero y oración. No tengamos miedo y pidámoselo al Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.