martes, 13 de marzo de 2018

Resultado de imagen de Jn 5,1-3.5-16
A lo largo del tiempo de nuestra vida experimentamos que hemos perdido muchos momentos. Y los hemos perdido y nos quedarnos inmovilizados y hasta ciegos. Son las parálisis que nos impiden liberarnos y nos someten a las cadenas de la esclavitud. Cuando nos damos cuenta advertimos que estamos atenazados y somos incapaces de movernos.

Y la solución no es esperar. Esperar inmovilizado y sometido a los vicios y parálisis que no nos dejan movernos. Hay alguien que nos libera, a pesar de que llevemos mucho tiempo en esa actitud y esclavitud. Nos libera porque ha venido a liberarnos y siente compasión de nosotros.

Pero, nos exige una condición. Nos pregunta si queremos, porque es imprescindible tu colaboración. Eres libre y necesita tu permiso. Tú puedes negarte y cerrar esa posibilidad. Por lo tanto, no se trata sólo de esperar, sino también de buscar. Él, el Libertador, viene hacia ti, pero tú también tendrás que responder.

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