jueves, 15 de marzo de 2018

Resultado de imagen de Jn 5,31-47
A pesar de mil y una razones, el hombre se deja llevar más por la influencia de sus prejuicios, malentendidos y confusiones como justificación para despreocuparse y rendirse al ejercicio de sus pasiones. Busca el resultado inmediato y la felicidad mezquina, porque nunca es plena, de las migajas que el mundo le ofrece.

Y, ofuscado y ciego, se entrega a la razón del pecado. Pone en tela de juicio todo lo que no se ajusta a sus planes y a sus propios intereses y rechaza todo lo que no concuerde con su razón y su beneficio. Por lo tanto, ¿quién es ese Jesús? ¿No conocemos nosotros a su familia?

En la medida de su ceguera su corazón se endurece y su impotencia para amar le hace infeliz. Buscaba la felicidad y experimenta la infelicidad al no poder amar. Porque, el hombre sin amor no puede ser feliz. Necesitamos fiarnos del Señor y confiar que Él nos aclare todo.

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