Se hace fácil protestar ante las propuestas de otros. Nadie
dice nada, pero basta que alguien proponga algo para que salten opiniones diferentes
y hasta opuestas. Es la inercia natural y esto ocurre mucho en el mundo de la
política y los negocios. Nos cuesta analizar y tomar todo lo bueno que haya, y,
hasta aceptarlo dándolo por bueno.
Sin embargo, fallamos en la responsabilidad. Porque, no sólo
se trata de poner reparos y defectos a lo propuesto, sino dar alternativas que
justifiquen y mejores nuestras propuestas. No cabe duda que la buena intención
es la correcta, aunque después se vea que podía mejorarse o dirigirse de otra
manera.
Porque, las malas
esconden una segunda intención que no presagia nada bueno y atentan contra el
bien y la verdad. Por lo tanto, a pesar de que todo puede mejorarse, siempre
será importante hacer las cosas desde una buena intención y buscando la verdad
y la justicia. Porque, todo acto cargado de amor se puede, a pesar de que no
sea perfecto, darse por bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.