martes, 10 de abril de 2018

Resultado de imagen de Jn 3,7-15
No hay otro camino que no sea el que nos señala el Espíritu Santo. Es Él el que nos lleva por la senda de la verdad y nos ilumina nuestras mentes para discernir en verdad según la Voluntad de Dios. Por lo tanto, cada día se hace necesario nacer de nuevo. Es decir, nacer del Espíritu Santo.

Y es que el Espíritu Santo ha venido a nosotros en la hora de nuestro bautismo y, desde ese momento estamos comprometidos con Él. De forma que siendo fieles a nuestro compromiso de bautismo estaremos poniéndonos en Manos del Espíritu para seguir sus impulsos y señales.

Hagamos un compromiso serio de ser dóciles a la asistencia del Espíritu Santo y, en Él, pedirle que nos dé la necesaria fortaleza para cumplir y seguir sus impulsos y mandatos, y, sobre todo, afirmar nuestra fe en el Señor. Porque, sólo así conseguiremos alcanzar la Vida Eterna.

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