lunes, 9 de julio de 2018

Resultado de imagen de Mt 9,18-26 por Fano
El tiempo es un gran problema para la vida del hombre. Llega la hora de los frutos, pero, sin pausa, llega también la hora de la vejez, de la senectud y con ella la proximidad de la muerte. Al hombre le asusta la muerte y siente miedo de morir. Busca siempre la vida.

Es el caso de la mujer con flujos de sangre y del magistrado que siente la muerte de su hija. No encuentran remedio y se apoyan en Jesús. Creen en Él y se abandonan con fe en su poder de darles vida. Acuden a Él y se lo piden con fe. ¿Nos sirve a nosotros estos ejemplos?

Podemos preguntarnos, ¿cómo está nuestra fe? ¿Es una fe confiada, abandonada y esperanzada en el Poder del Señor y en su compasión? ¿Creo que el Señor me da vida, la única vida que se prolonga en la Eternidad? ¿Me abandono confiado en las Manos del Señor? Danos, Señor, la fe de esa mujer  y ese magistrado.

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