viernes, 7 de septiembre de 2018

A veces me pregunto qué sería de este mundo sin la presencia de Jesús entre nosotros. Sería muy triste y, al menos a mí, se me haría muy difícil vivir sin la esperanza de la resurrección. Jesús es esa esperanza y él nos trae ese Vino nuevo que da sentido a nuestra vida y nos llena de verdadera alegría.

Indudablemente que hay que experimentarlo. Es necesario encontrarse con Jesús, porque Él es quien dará nueva energía a tu vida que la llenará de fiesta y alegría. Sí, habrá momentos de ayuno, de sacrificio y de penurias que nos harán pasar por momentos de oscuridad, pero la esperanza es que Jesús está siempre con nosotros.

Él es la liberación y la alegría. Quienes descansamos y confiamos en Él encontramos, aún en esos momentos de lucha y angustia, la reconfortante paz y serenidad que nos sostiene firmes, con una alegría contenida y en paz. Porque, Él nos viene a dar el Vino nuevo que nos fortalece y nos llena de alegría, para transmitir nuestra esperanza y nuestra fe.

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