lunes, 1 de octubre de 2018

Cuando se llega muy arriba experimentas que no has conseguido la felicidad que esperabas encontrar. Al contrario, puede que te sientas mal y regresando tu mirada hacia atrás te arrepientas de muchas cosas que has hecho y has dejado en el camino. No son lo primero los primeros, valga la redundancia, puestos.

El servicio, a pesar de que te deja en el último lugar, es satisfactorio y te llena el alma. Deja un muy buen recuerdo y gusto en los demás. Admiran tu disponibilidad y tu entrega a pesar de que coges siempre lo peor y te quedas para lo último. La sencillez y la humildad enaltecen a pesar de que pasan por debajo de la mesa.

Si deseas seguir a Jesús busca siempre lo pequeño, lo que aparentemente no tiene éxito y se apoya en la humidad. Porque, Jesús se fija en lo humilde, en lo pobre y necesitado. Busca al que tiene sed y hambre de servicio y de amor. Estar al lado de Jesús es estar al lado del pobre y necesitado.

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