Nos hacemos mayores, pero
dentro de nosotros hay un corazón de niño. De niño mayor cuyo corazón se ha ido
endureciendo y guardando malicias y cometiendo pecados. Necesitamos ir
suavizando ese corazón endurecido y sólo podemos hacer asistidos por el Espíritu
Santo.
Él nos enseñará a pedir cosas
que realmente nos convengan y nos hagan bien. Porque, sucede que no sabemos
pedir y, como niños, pedimos caprichos y cosas que nos pierden y no nos hacen
bien. Orar y pedir es vital en la vida de un cristiano, que, experimentándose
pobre y pecador, necesita fortaleza, sabiduría y paz para saber conducirse por
la vida.
Por eso, necesitados de pedir lo que me hace mejor
persona y me ayuda a vivir en la Voluntad de Dios, pidamos la asistencia del
Espíritu Santo para que, dirigidos por Él, sepamos orar y pedir lo que
realmente me ayuda a vivir y cumplir la Voluntad de Dios. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.