domingo, 13 de enero de 2019

La vida de Jesús tuvo más tiempo de vida oculta que pública. Durante, aproximadamente treinta años, su vida fue oculta, discreta y sin nada notable. Fue un tiempo de preparación, de formación y de toma de conciencia de quien realmente era. Vivió, podemos decir, oculto en Nazaret.

Ese tiempo no fue en vano, pues lo necesitaba para adquirir la fortaleza, la estatura y la sabiduría que luego necesitaría. Fue un tiempo que le sirvió para descubrir la misión a la que había sido llamado y para que había sido enviado.

Y, llegado el momento, tiene lugar el acto de su presentación. Y ocurre en su bautismo. Era necesario, aún libre de pecados, que se bautizará para que el Padre lo descubriese como su Hijo predilecto y el enviado y recibiese al Espíritu Santo. Y teniendo a Juan, quien le había preparado el camino, como testigo principal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.