miércoles, 2 de enero de 2019

No es nada fácil saber y descubrir qué papel tengo como misión en mi vida. Pues, todos estamos aquí para una función concreta, y, quizás muchos la ignoramos. Descubrir esa misión es de suma importancia y el Evangelio de hoy nos puede ayudar.

Juan el Bautista tuvo muy claro cuál era su papel. Y toda su vida se preparó para ello. Buscó el ambiente necesario y se apartó de todo aquello que podía interrumpirle su preparación y su misión. Y, llegado el momento, irrumpió en el mundo proclamando la venida del Mesías esperado.

Y supo siempre quien era y a quien esperaba. Se sabía la voz que clama en el desierto y que prepara el camino a Aquel que ha de venir y que presenta como el esperado, el Mesías que bautiza en el Espíritu Santo. ¿Podría ser también nuestra misión?

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