viernes, 1 de febrero de 2019

Resultado de imagen de Mc 4,21-25 por Fano
Donde no hay verdad ni justicia aparece el caos, la confusión y la oscuridad. La luz es necesaria donde hay tiniebla y la verdad donde hay mentira para que alumbre y descubra al mentiroso. No se puede ocultar la luz, pues de hacerlo nos quedamos en tinieblas.

En el Evangelio de hoy Jesús compara la luz con la verdad. Y es que la verdad tiene que ser alumbrada para que los demás la conozcan. Nunca puede ocultarse ni esconderse porque siempre emergerá. Todos tienen que conocerla así que todos también seremos responsables de no alumbrarla.

Todo debe ser tenido en cuenta, de modo que con la medida que midáis serás medido. Y esto sucede cuando no ponemos al servicio de nuestra fe todos nuestros talentos y conocimientos recibido. Son luces que se vuelven opacas y no cumplen con su deber de alumbrar.

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