martes, 5 de marzo de 2019

Resultado de imagen de Mc 10,28-31
El esfuerzo es primordial para conseguir resultados. El buen trabajo siempre tiene su recompensa. Esa es la experiencia que el hombre deduce de su paso por este mundo, y en eso se esfuerza, en hacer bien las cosas, aunque en diversas circunstancias no se obtengan los resultados deseados y esperados.

Hoy, en el Evangelio, Jesús nos habla de eso. Nos promete una recompensa infinita, vida eterna, que sólo puede dar Él, a todos aquellos que le sigan y dejen todo por ponerle en el centro de sus vidas. Y dejar todo es morir a todas las cosas de este mundo.

Por eso, vivir en la esperanza de que, aun perdiendo este mundo y todas sus ofertas de placer, bienestar, riquezas y satisfacciones, centrándonos en un puro hedonismo, recibiremos la recompensa mejor, la que todo ser humano espera y busca, la felicidad plena eternamente.

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