El Padrenuestro nos inicia para reconocer la necesidad
y la gratitud de santificar el nombre de nuestro Padre Dios. Y nos adentra en
una súplica de petición de todas nuestras necesidades desde el perdón hasta la
súplica de que nos libre del mal.
Una súplica de perdón para y por todos los pecadores
para que también aprendamos a perdonar. Y una, finalmente, súplica de protección de las acechanzas y
amenazas del demonio para no caer en tentación ni en sus garras.
En el Padrenuestro está contenido todo lo que
necesitamos para el camino de nuestro diario peregrinar hacia la Casa del
Padre. La verdadera y única casa de nuestro Padre, que nos salva, nos acoge
amorosamente y misericordiosamente y nos da la felicidad eterna y plena.
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