Hay un grupo de personas que
disparatan con tal de no aceptar lo que Jesús hace. Y lo hacen hasta el punto
de contradecirse alegando que Jesús actúa por el poder del príncipe de este
mundo. ¿Acaso no se dan cuenta que el demonio no puede ir contra sí mismo?
Sin embargo, hay otros que se
quedan a media agua y, interpretando que Jesús es un mago que ha venido a
demostrar su poder le piden que haga algo grandioso y espectacular que les deje
maravillados. Sólo así entienden que creerán en Él.
Confunden a Jesús con alguien
que ha venido a lucirse y a maravillar con su poder divino. Todavía no han
comprendido que Jesús, el Hijo de Dios, ha venido a salvar a los humildes y
pecadores. Y, para eso, hay que empezar por reconocerse pecador y llenarse de
humildad. ¿Estás tú en esa actitud y en ese grupo?
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