Sin embargo, a la hora de la
verdad, cuando llega el momento de su Pasión, se queda prácticamente solo. ¿Qué
ha sucedido? Todos desaparecen y se esconden. Incluso, Pedro hasta le niega. ¿Cómo
es posible que suceda eso cuando le han conocido de cerca y han visto tantas
cosas que ha realizado?
Parece un contra sentido,
pero es la realidad. Jesús tuvo no sólo que morir sino resucitar para que los
que le habían conocido despertaran y comprendieran. Entramos ahora en los
cincuenta días de la Pascua. Días fundamentales en la vida de los apóstoles.
Durante ese tiempo, Jesús se
les aparece y ellos empiezan a comprender todo lo que les había dicho y
enseñado. ¡Ha Resucitado!, y eso marca profundamente sus vidas hasta el extremo
de irse ellos también disponiendo a dar
la suya. Quizás, también nosotros tendremos que experimentar lo mismo. ¿Hasta
qué punto la Resurrección de Jesús incide en el camino de mi vida?
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