Son horas de desconcierto y
de sufrimiento. Jesús sufre maltratado como un delincuente sin ningún cargo. Se
le acusa de blasfemia y simplemente ha dicho la verdad. Pero, su presencia
molesta a los judíos y quieren matarlo.
¿Y nosotros? ¿Qué hacemos
nosotros al respecto? ¿Creemos en Él, o simplemente le tratamos también como un
revolucionario? ¿Le reconocemos como el Hijo de Dios enviado a anunciarnos el
Reino de Dios? ¿Sabemos realmente qué hacemos?
En silencios aguardamos,
estamos derrotados y buscamos la vuelta a casa. Sin esperanza se hace difícil
vivir. Necesitamos llenar de sentido nuestra vida, pero el Señor se ha ido.
Ahora, confundidos, sin comprender como Jesús, nuestro Señor ha muerto,
permanecemos aturdidos, pero siempre con esperanza de resurrección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.