Jesús nos lo ha repetido
muchas veces, pero, aunque se presente un muerto no creemos seguro en Él.
Justificaremos su presencia, la del muerto resucitado, con un extraterrestre u
otros poderes. Ya lo dijo Abrahán en aquella parábola del rico epulón: Si no
hacen caso a Moisés y los Profetas, tampoco harán casa a un muerto resucitado.
Era y es necesario que Jesús
se haya ido al Padre, para que venga a nosotros el Espíritu Santo, que nos irá
recordando todo y revelándonos todo lo que nos falta por entender y conocer.
Nuestro camino es duro y, sin el Espíritu, quedamos a merced del demonio, del
mundo y de la carne.
Y cuando Él venga, convencerá al mundo en lo referente
al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo
referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia
porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el
Príncipe de este mundo está juzgado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.