martes, 21 de mayo de 2019

Resultado de imagen de Jn 14,27-31a
La paz exterior está rota por el odio, la venganza, el egoísmo, los enfrentamientos, la soberbia…etc. Los hombres y las mujeres se sienten incapaces de lograrla y eludir esa violencia que se produce afuera, pero que procede de dentro.

Y es que dentro tampoco encontramos esa paz que nos dé serenidad, tranquilidad y sosiego. Necesitamos la paz que nos propone nuestro Señor Jesucristo. Él da la paz, tanto exterior como interior. Una paz que nos limpia el corazón y lo despoja de todo aquello que lo violenta y lo resquebraja.

Porque, en Él encontramos el gozo de dar y darnos, de compartir fraternalmente, de buscar el bien de los demás y de compartir en igualdad y justicia. Porque, con Él ya no hay enfrentamientos ni deseos de tener, porque sólo con Él nos basta y nuestra paz nos llena plenamente de felicidad.

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