Jesús, conoce nuestra manera
de obrar y sabe de nuestras inclinaciones. No obstante, es el Hijo de Dios
enviado a revelarnos y darnos a conocer las intenciones del Padre y a
manifestarnos que también es nuestro Padre, y a descubrirnos que sin Él no
podemos hacer nada.
En el Evangelio de hoy nos lo
revela claramente y nos lo dice muy claro: Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en
él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Sus
Palabras no dan lugar a duda ni plantean ninguna discusión.
Se acepta o no se acepta. Somos libres y el Padre nos deja
actuar libremente. También el Hijo nos propone el mensaje del Padre sin
imponernos nada. Puedes hacer lo que creas, pero, eso sí, sabes ya de antemano
que, sin permanecer en el Señor, como el sarmiento en la vid, no podrás dar
frutos.
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