La vida no se adquiere en
plenitud y su madurez se va consiguiendo en diversas etapas o periodos. Hay
momentos donde no podemos asumir ciertos conocimientos que nos están guardados
para otras etapas. El Evangelio de hoy nos habla de eso.
Jesús nos dice: «Mucho tengo todavía que deciros, pero
ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará
hasta la verdad completa». La vida es un camino ascendente en el que vamos
madurando en aras de alcanzar la verdad. Una verdad que será plena al final.
Y en ese camino el Espíritu de la Verdad será vital para
nuestra andadura en el peregrinar de cada día hacia la Verdad. Porque, lo
verdaderamente importante en esta vida es alcanzar la Verdad, porque, quedarnos
en la mentira, aparte de que no es grato ni nos gusta, no vale para nada.
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