Nunca se ha visto nada igual
a lo que ha realizado Jesús. Ni antes de venir Él a la tierra, ni mientras
estuvo en ella y después hasta hoy. Nunca hemos visto nada igual. Y eso sucede
porque sólo Él tiene poder para hacer esos milagros, tales como devolvernos la
vida.
A pesar de todo eso y de que
muchos se han admirado de sus obras y le han acogido en sus corazones, hay
también muchos que se han resistido a su Palabra y le han rechazado
atribuyéndole esas obras y milagros a poderes diabólicos. Se trata de
justificar su cerrazón y rechazo.
De todos modos, Jesús busca
obreros que estén dispuestos a amar y hacer el bien. Quiere a personas libres y
voluntarias que le reciban como el verdadero Hijo de Dios y estén dispuestos a
seguirle porque creen en Él. ¿Estás tú dispuesto?
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