martes, 3 de septiembre de 2019


Resultado de imagen de Lc 4,38-44 por Fano
La autoridad nace de la coherencia entre la palabra y el hecho. Es decir, de que lo que se dice tenga luego cumplimiento. Esa fue la forma en la que enseñaba Jesús y por la que los que le oían se admiraban de su autoridad. Jesús enseñaba desde la vida y desde su propia experiencia vivida.

Ponía ejemplos sacados de la vida diaria y del quehacer de la gente de aquella época. Y lo hacía con una sencillez y maestría que todos lo comprendían. Y también curaba a todos lo que se le acercaban suplicándole que les sanara y que les librara del dolor que sufrían.

Sin embargo, hoy ocurre lo mismo que ayer. Son muchos los que oyen hablar de Jesús en algún momento de su vida, bien sea por alguna celebración sacramental, algún entierro, funeral, boda y no hacemos caso. Incluso oímos curaciones, milagros, pero, cerramos nuestros corazones y oídos y le damos la espalda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.