sábado, 7 de septiembre de 2019

Resultado de imagen de Lc 6,1-5
Lo peor que nos puede pasar es no mirar para nosotros mismos y no preguntarnos si de la forma que hemos procedido hemos actuado bien. O dicho de otro modo, no intentamos ponernos en el lugar del otro y reflexionar sobre cómo nos gustaría a nosotros que nos trataran.

Y es que la única forma de aprender es mirarnos en el espejo de nuestro corazón y ver si hacemos bien o mal al otro. Y eso lo descubrimos cuando escuchamos y observamos que dicen los otros de mí, o cual es su reacción ante mis actos respecto a ellos.

Si así procedemos veremos que nuestra lengua será más moderada y más humilde, porque nos veremos retratados en muchas situaciones en las que criticamos las actitudes de los otros. Entonces, nuestro corazón se verá a sí mismo y actuará con más misericordia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.