Si no estás dispuesto a
dejarlo todo vas a encontrarte con muchas dificultades para seguir a Jesús. El
mundo te propone muchas ofertas y placeres que colman tu inmediata satisfacción
y te seducen. Debes sopesar tus fuerzas y tu fortaleza interior. Sobre todo la
firmeza de tu fe.
Con toda seguridad
experimentarás que con sólo tus fuerzas no puedes sostener tu fidelidad a Jesús.
Las tentaciones están a la orden del día y son más fuertes que tú.
Experimentarás el irresistible deseo de rendirte a los encantos del mundo ante
el camino de subida hacia tu propia Jerusalén.
Por eso, no debes olvidar que
no son tus fuerzas con las que vencerás las dificultades que te ponen, no sólo
el mundo sino tu propia carne. Tu naturaleza humana es débil y necesitas la
Gracia de Dios. Con ellas tus fuerzas serán invencibles y lograrás continuar tu
camino y seguimiento al Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.