domingo, 2 de febrero de 2020

Resultado de imagen de Mc 4,35-41
En las tormentas de nuestras vidas nos asustamos y nos olvidamos de las promesas que Dios nos ha hecho. Tener fe es mantenernos firmes y creer en Él. Eso no está en contradicción con que sintamos miedo y preocupación, pero con la esperanza de que el Señor cumplirá lo que nos ha dicho.

Creer en Dios es creer en su Palabra y en lo que nos ha prometido en ella. Creer en Dios es creer en Jesús, el Hijo enviado y en todo lo que se cumple en Él. Creer en Dios es preguntarnos por lo que esperamos y en quien confiamos. Es saber y discernir en quien ponemos nuestra vida.

Sin embargo, sabemos que esta vida se nos ha dado gratis y se nos ha confiado a nuestra libertad y responsabilidad. Somos los administradores de nuestras vidas y como tal tenemos que dar cuenta en la hora final. Por tanto, conviene ir de la Manos del Creador, Señor y dador de vida, y vivir en su Voluntad.

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