Es un gran peligro pensar que somos lo suficiente
fuertes y que estamos preparados para afrontar los peligros que se nos
presentan en el camino. Porque, nuestra naturaleza es débil y tentada por el
Maligno quedamos a su merced. Necesitamos estar vigilantes y atentos.
Por eso, nuestra mayor defensa es estar en constante
contacto con el Señor a través de la oración. En contacto de búsqueda, de
llamada y de petición para superar y vencer todas esas tentaciones que se
mueven a nuestro derredor y nos amenazan con derrumbarnos y apartarnos del
camino.
Nunca debemos perder de vista nuestras flaquezas,
porque somos vulnerables a todas las apetencias y seducciones a las que nuestra
naturaleza se siente atraída. Y eso nos debe de alertar a estar preparados y en
constante vigilancia de llamar, buscar y pedir a nuestro Padre del Cielo para
que nos proteja de esas inclinaciones. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.