Aunque el salto a la fe contiene las
mismas dificultades y riesgos, sabemos que la Resurrección de Jesús es cierta
por el testimonio de sus apóstoles. Sin embargo, necesitamos como hicieron
ellos arriesgar y depositar nuestra confianza en el Señor y pedirle de todo
corazón que nos dé la fe.
Ellos no desesperaron y soportaron esas
horas de ansiedad, de dudas, de miedos, de… y tuvieron la recompensa de ver al
Señor Resucitado. También nosotros tendremos esa oportunidad si descansamos y
confiamos en Él. El Señor vive y está con nosotros.
A pesar de nuestras dudas, de nuestras
dificultades y obstáculos sigamos adelante y confiemos en el Señor. El sepulcro
está vacío y Jesús ha vencido la muerte y al pecado. Nos da también a nosotros
esa oportunidad de liberarnos del pecado y de la muerte que nos esclaviza.
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