En los primeros tiempos el Sacramento del Bautismo fue
también llamado el Sacramento de la iluminación, porque, en él recibimos la Luz
de Cristo que nos alumbra el camino de tinieblas que tenemos que recorrer.
Porque, las tinieblas están en nuestras vidas de pecado y oscuridad.
Y eso es lo que tenemos que reconocer y saber para,
con fuerza y firmeza suplicar al Señor a través de lo oración y de nuestra
disponibilidad que nos ilumine, que nos llene de su Luz para afrontar los
problemas con los que nuestros propios vicios, nuestra soberbia y espíritus
mundanos nos tientan y amenazan.
Jesús, el Señor, ilumina mi vida que está llena de
oscuridad y fortalece mi voluntad para seguir el único y verdadero camino por
donde puedo vencer todos los vicios, soberbia y espíritus mundanos que salen a
mi encuentro. Porque, Jesús ha venido al mundo como la Luz que nos saca de la
oscuridad que nos pierde.
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