jueves, 14 de mayo de 2020

Juan 15, 9-17 - Parroquia Stella Maris (Málaga)
Es posible que el mundo nos distraiga y nos ciegue. Nuestras apetencias y deseos de satisfacer nuestras ansias de felicidad nos nubla la vista y nos introducen en las tinieblas. Quizás, atraídos por la inmediatez de esa felicidad inmediata del placer que el mundo nos presenta, nos perdemos.

Somos incapaces de ver que, tras un camino de espinas, nos espera el Tesoro que buscamos, la felicidad eterna. Una felicidad de la que, quizás, no somos consciente y que, ciegos por la oscuridad del mundo, rechazamos el camino que nos conduce al descubrimiento del verdadero Tesoro.

Por lo tanto, la tarea de encontrar el verdadero camino estriba en descubrir al Señor y permanecer en Él, porque, con y en Él podemos descubrir ese Tesoro que nuestro Señor Jesús nos anuncia y no señala poniéndose Él delante de nosotros para conducirnos a la Casa del Padre.

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