domingo, 31 de mayo de 2020

Venida del Espíritu Santo… y primeros sermones de San Pedro | El ...
Estamos tentados al narcisismo. Es decir, a mirarnos en el espejo para ver nuestro propio rostro y gozarnos de nosotros mismos. Nos tienta nuestro cuerpo, nuestro yo y nuestras apetencias. Me importo yo y centro todos mis esfuerzos en mí mismo y en buscar mi propio gozo y satisfacción.

Y cuando las cosas no salen como a mí me gusta dejo escapar mi descontento y mis quejas. Todo es consecuencia de lo mal que hacen las cosas los otros. Todo lo justifico en los otros y me lamento del mal que hacen los demás. Mientras yo no hago sino justificarme con mis quejas y descontentos como víctima del mal de los demás.

Y, por último, todo lo veo negro. Pierdo la esperanza y mis quejas pasan a cuestionar mi vida y mis actos. ¿Para qué, me pregunto, trabajar y esforzarme por construir el bien si vienen los demás a destruirlo todo? Mi pesimismo destruye toda esperanza y el mundo y la vida pierden todo su sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.