Pedro había traicionado a Jesús. Después de confesarle
su fe y seguimiento con tanta decisión, Jesús le para y le dice, ante que hoy
cante el gallo, tú me habrás negado tres veces. Y Pedro lleno de valentía no se
lo puede creer. Supongo que también a mí me ocurre lo mismo.
Sin embargo, la realidad es la que es. Pedro, llegado
el momento del peligro y viéndose amenazado al ser descubierto y señalado,
niega conocer a Jesús. Se da cuenta de su debilidad y miedo, pero,
reconociéndolo llora amargamente su pecado y arrepentido vuelve al redil.
Me siento identificado con Pedro en muchos momentos de
mi vida. Sí, el gallo ha cantado muchas tres veces y yo le he negado, le he
vuelto la espalda y me he alejado sin más de Él. Pero, como Pedro, quiero
volver y arrepentirme de mis pecados y confiar en la Infinita Misericordia de
mi Padre Dios.
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