lunes, 10 de agosto de 2020

Juan 12,24-26 – el Padre le honrará - Roguemos al Señor
En el momento final de tu vida haces siempre un examen. Es el momento de sopesar la bondad de tus obras y, tú mismo, sabes lo que has hecho bien y no tan bien o mal. El resultado es que experimentas que si no hay esfuerzo tus obras no son lo suficiente buenas.

Porque, toda obra buena lo es cuando su realización exige esfuerzo, riesgo y buena intención. O dicho de otra forma, lo bueno exige renuncia, y la renuncia requiere olvidarte de ti para darte al otro. La entrega necesita despojo primero, para luego darte sin condiciones al otro.

En pocas palabras, los frutos exigen sembrar y estar, en la medida que cultivas lo sembrado, dispuesto a morir para que esa semilla sembrada dé el fruto esperado. Sólo así, tu vida tendrá el sentido bueno que Dios, tu Padre, espera de ti. Amén.

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