No es más grande quien tiene más poder y riqueza, sino
aquel que es capaz de servir y amar. Y esa clase de poder no se encuentra en
este mundo. Viene de arriba y nos lo da la unión con nuestro Padre Dios. Él nos
ama y nos invita a amarnos de la misma manera que lo hace Él.
Es importante fijarse en los niños, porque, los niños
son confiados, pequeños y, por tanto, necesitados de ayuda y de amor. Jesús nos
invita a tener un corazón de niño y a estar disponible en esa actitud. Un
corazón abierto a la humildad, a sentirse pequeño y necesitado.
Porque, sólo así podemos experimentar la necesidad de
búsqueda y de abandono en el Señor. Es ese corazón necesitado y pobre, como el
de un niño, del que Jesús nos habla hoy. Un corazón que, perdido, el Señor sale
a buscarlo para devolverlo al redil de la esperanza y de la Vida Eterna. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.