Eres libre y puedes acercarte al Señor, puedes
rechazarle o, incluso, despreciarle. Pero, ten la seguridad que el Señor te da
la oportunidad de que le descubras, de que le oigas y le escuches. Ahora, nunca
te obligará. Todo te ha sido dado libremente y sin condiciones, seas quien seas.. Eres libre para
amarle.
Tampoco olvides que esa libertad te hace responsable y
que te obliga a responder consecuentemente y sin justificaciones. Lo haces
libremente y te compromete libremente. Por eso, no te extrañe que el Señor
quiera asegurarse de tu fe y de tu compromiso, y te exija pruebas.
Es de sentido común que si el Señor ha venido – y ha
entregado su Vida – a salvarte, no te dé nunca la espalda. Siempre te ama y su
deseo es compartir contigo su Gloria. Por tanto, ten seguro que te escucha y te
responderá, pero, quizás, primero quiera probar tu fe como la de aquella mujer
cananea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.