miércoles, 30 de diciembre de 2020


La cuestión es manifestarlo en cada instante de tu vida. Ora trabajando, ora descansando, ora rezando. Siempre es un buen momento para descubrir la presencia de Dios en ti, porque, no se trata de buscar, pues, Él está. Se trata más bien de descubrir.

Pero, ese descubrimiento conlleva vigilancia, atención y expectación. Se necesita estar preparado para ver y para descubrir. Así lo hizo aquella anciana, la profetiza Ana, de la que nos habla el Evangelio de Lucas. Esperaba la presencia del Señor y una vez descubierto lo anunciaba a los que buscaban la liberación.

Una liberación de la esclavitud del pecado. Liberarse de la soberbia, de la ira, de la violencia, de la lujuria, concupiscencia…etc. Una liberación de sabernos pecadores y de abrirnos a la Misericordia del Niño Dios que viene a darnos el perdón y la liberación del pecado que nos esclaviza. 

 

 FELIZ AÑO 2021

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