El cristiano no puede acomodarse ni conformarse con quedarse quieto. Bien, es verdad que cada caso y situación lleva un estudio y es singular. Pero, lo de no acomodarse y moverse va dirigido en el sentido de que hay que dar a conocer la Buena Noticia desde tu vida y situación.
Es posible que la tarea del anuncio conlleve riesgos y complicaciones. Son las tempestades de tu propia vida, pero, aunque percibas que Jesús duerme y se desentiende de tu situación, Él está a tu lado. Solo tienes que despertarle y pedirle su intervención.
Jesús no te abandona. Siempre está aunque parezca que se ha ido o te ha abandonado. Quiere tu fe, tu confianza en Él y tu disponibilidad a hablarle y pedirle por tus inseguridades y problemas. Tendrá siempre esa palabra de aliento, de confianza y ánimo: « ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?»
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.